¿Sabías que el tipo de cuero cabelludo puede afectar a tu cabello?
Por eso hay que prestar particular atención a la hora de cuidar el cuero cabelludo y no solo saber qué tipo de pelo tienes.
Al igual que la piel, el cuero cabelludo puede ser graso, seco, normal o incluso sensible. Cada tipo de cuero cabelludo presenta sus propias peculiaridades y desafíos.
La ciencia detrás del cuero cabelludo
Los folículos pilosos están vinculados a las glándulas sebáceas, que producen sebo para hidratar el cuero cabelludo y protegerlo de infecciones. Este sebo se distribuye a lo largo de la fibra capilar y sirve para hidratarla y nutrirla, especialmente en las raíces.
Por ejemplo, un cuero cabelludo graso puede engrasar el cabello más rápidamente, mientras que un cuero cabelludo seco puede causar picor y descamación. El cuero cabelludo normal mantiene un equilibrio entre ambos tipos, mientras que el cuero cabelludo sensible puede reaccionar de manera más intensa a ciertos productos capilares o factores ambientales.
Por lo tanto, conocer tu tipo de cuero cabelludo puede ayudarte a elegir la rutina adecuada de cuidado del cabello para que tu melena luzca lo mejor posible.
Cuidado según cuero cabelludo
Cuero cabelludo graso
- Es esencial lavar correctamente el cuero cabelludo graso. El lavado debe ser frecuente (incluso diario), masajeando el champú a fondo para asegurarse de que limpie todo el cuero cabelludo.
Tendrás que realizar dos masajes: al aplicar el champú y al aclarar.
Es recomendable combinar champús: antigrasa, anticaspa, detox y purificantes, y al menos dos veces por semana.
Por último, escucha a tu cuero cabelludo: si notas que se mantiene menos limpio o se engrasa más rápido, aumenta el uso de productos con capacidad de limpieza.
Cuero cabelludo normal
Lava tu cabello cada vez que esté sucio o graso, o si no lo notas, al menos dos o tres veces por semana. Masajea a fondo, pero suavemente tu cuero cabelludo, tanto al aplicar el champú como al lavarlo. Usa un champú nutritivo y cada dos semanas lávalo con un champú detox o antigrasa.
Escucha a tu cuero cabelludo: si notas que se vuelve más graso o menos limpio de lo habitual, modifica tu rutina, lávalo más frecuentemente o incluye un champú con mayor capacidad de limpieza.
Cuero cabelludo sensible
Tu cuero cabelludo no debe doler ni picar con frecuencia. Si eso pasa, consulta con un dermatólogo. Lava tu pelo al menos tres días a la semana: masajea bien y presta atención a no rascar la piel del cuero cabelludo. Usa champús nutritivos y para piel sensible: estos limpiarán, pero al mismo tiempo nutrirán el cabello y no tendrán una acción detergente agresiva.
Al menos una vez cada 15 días, tu cuero cabelludo necesita una limpieza adecuada, ya sea con un champú de alta capacidad de limpieza - que generalmente se llama antigrasa/detox. Evita aplicar aceites nutritivos o esenciales sin consejo médico, ya que podría empeorar la condición.
Es fundamental tener en cuenta que cada persona puede tener necesidades individuales, por lo que puede ser necesario experimentar con diferentes productos para encontrar los que funcionen mejor para tu cuero cabelludo y cabello. Además, es recomendable consultar con un profesional si tienes preocupaciones específicas o si experimentas algún problema en el cuero cabelludo.
Sea cual sea tu tipo de cuero cabelludo, recuerda que es importante llevar un sombrero o un pañuelo, así como un protector solar ya que todos los espectros de la radiación solar (excepto la UVC) generan envejecimiento de la piel y pueden dañar el pelo.